“Si no puedes con ellos, invítalos a la sobremesa”, dice el nuevo lema del Ministerio de Puertas Abiertas.
En una medida que ha dejado al país perplejo, el gobierno aprobó hoy la Ley de Protección Integral al Okupa Cívico, popularmente conocida como la “Ley del Sofá Inamovible”. Según la nueva normativa, cualquier persona que se quede en tu casa más de 48 horas consecutivas, haya pagado o no por su estancia, adquiere automáticamente derechos de permanencia y acceso al Wi-Fi.
EL NUEVO PARADIGMA DEL HOGAR COMPARTIDO
Los propietarios que intenten desalojar a sus nuevos “compañeros de vivienda” serán sancionados con multas que van desde regalarles el televisor hasta ofrecerles el último yogur del refrigerador. Además, deberán darles un abrazo semanal para garantizar una convivencia pacífica.
“Es un gran avance social”, declaró el ministro de Asuntos Desahuciables, Teobaldo Pijus, quien afirmó que esta ley “promueve el entendimiento entre individuos y fomenta la cultura del compartir, incluso cuando es completamente en contra de tu voluntad”.
CASOS EMBLEMÁTICOS
La nueva normativa ya ha generado titulares insólitos. En Cuenca, un hombre llamado Gregorio Rascapiés permitió que un compañero de trabajo durmiera una noche en su sillón tras una fiesta. Ahora, Gregorio tiene a un nuevo “mejor amigo” permanente que ocupa la sala, organiza karaokes diarios y ha cambiado el Netflix a su cuenta personal, llena de documentales sobre caracoles.
Por otro lado, en Barcelona, una familia despertó para descubrir que su invitado navideño se había proclamado «Duque del Cuarto de los Trastos» y exigía ser atendido con croquetas caseras.
CRÍTICAS Y APOYOS
Mientras unos aplauden la medida como un giro revolucionario en los derechos humanos, otros cuestionan cómo afectará a la convivencia. La Asociación Nacional de Propietarios Desesperados (ANPD) ha emitido un comunicado afirmando: “Ya no somos dueños de nuestras casas, somos gerentes de un hotel todo incluido”.
Sin embargo, el grupo activista Okupas Unidos Jamás Serán Vencidos (OUJSV) ha celebrado la decisión como un paso hacia “la democratización de los espacios personales”.
NOVEDADES FUTURAS
Fuentes cercanas al gobierno indican que ya se está preparando una reforma que obligará a los dueños de casa a compartir no solo la vivienda, sino también sus recuerdos familiares, diarios personales y, en casos extremos, su peinado favorito.
¿Seremos testigos del nacimiento de una nueva era de armonía obligatoria o del apocalipsis del concepto de propiedad privada? Solo el tiempo (y los okupas) lo dirán.