Madrid, Ministerio de trabajo: «¡¿Cómo que trabajar?!»

En un giro de los acontecimientos más inesperado que encontrar a tu ex en Tinder, miles de ciudadanos que hasta ahora recibían subvenciones por su orientación sexual, género, o raza se han visto sumidos en el desconcierto tras la aprobación de una nueva norma: ahora tendrán que hacer algo para merecerlas.

La noticia cayó como un rayo sobre un karaoke de madrugada. “¿Cómo que demostrar mérito? ¿Qué es eso, una película de ciencia ficción?”, exclamó Antonia Súbveneida, influencer profesional y activista a tiempo completo.

«Yo existo, ¿no es suficiente?»

La confusión se disparó al difundirse los requisitos para las ayudas. Entre ellos se encontraban términos como «proyectos útiles», «contribuciones a la sociedad» y, lo más escalofriante de todo: «esfuerzo».

«Esto es fascismo puro», declaró un joven que pidió anonimato porque aún no había decidido cuál de sus 17 identidades usar para la entrevista. «Yo no elegí ser bisexual, mestizo y fan del k-pop para ahora tener que demostrar algo más. Mi existencia ya es un acto de resistencia, ¿no?», añadió mientras actualizaba su perfil de Instagram con un selfie pensativo.

Los talleres para «entender qué es el mérito» colapsan

En un intento de adaptarse a la nueva realidad, miles de personas han acudido en masa a talleres de orientación laboral y creatividad. En el evento titulado «Cómo hacer algo sin morirte en el intento», los asistentes se enfrentaron a conceptos tan innovadores como trabajar, aprender habilidades útiles y hasta respetar horarios.

Sin embargo, no todo el mundo salió satisfecho. «Me pidieron que escribiera una propuesta para una subvención, pero ¿qué se creen, que soy un escritor? Esto es discriminación contra la gente que no quiere hacer nada», afirmó indignada una joven mientras buscaba peticiones de Change.org para firmar desde su móvil.

La clase política responde: «No es para tanto»

Desde el gobierno, un portavoz trató de calmar las aguas: «No pedimos que inventen la cura para el cáncer, solo que hagan algo más allá de existir. Una coreografía de TikTok o un cuadro abstracto bastará. ¡Hasta el mero intento ya cuenta como mérito!»

Pese a ello, los ánimos no se calmaron. Activistas de varios colectivos han convocado una marcha bajo el lema: «Merezco sin esfuerzo, porque sí.» Las pancartas incluirán mensajes como «Mis selfies son arte» y «Esfuerzo es opresión.»

Los memes no tardan en llegar

Las redes sociales, como era de esperar, se inundaron de reacciones hilarantes. Entre los más virales destacaron imágenes de gente mirando libros como si fueran bombas y frases como «Trabajar para una subvención: el apocalipsis» o «Lo mío no es trabajar, lo mío es cobrar.»

Mientras tanto, los que ya se habían acostumbrado a no depender de ayudas parecen ser los únicos que han recibido la noticia con calma. «Igual ahora puedo hacer cosas sin que me digan que estoy usurpando recursos», comentó un emprendedor.

¿El fin de una era?

Aún es pronto para saber si esta medida marcará un cambio duradero o si pronto veremos a la burocracia doblarse ante el poder del drama colectivo. Por ahora, lo único seguro es que miles de personas se están enfrentando al enemigo más temido de todos: la necesidad de levantarse del sofá y dejar twitter (ahora X).