Ciudad Capital – En un giro de los acontecimientos que simultáneamente fue y no fue previsto por los expertos, dependiendo de cómo definamos «experto» y si consideramos el acto de prever como un hecho, una posibilidad o una interpretación retroactiva de un evento ya ocurrido, la nación se ha encontrado en una paradoja jurídico-política sin precedentes y con todos los precedentes necesarios para que tenga sentido (o no).
El presidente, que, según ciertos registros y en función de la forma en la que sean examinados (siendo que pueden ser considerados pruebas irrefutables o simples anotaciones de una realidad fluida), ha logrado mantenerse en el poder sin ejercer activamente ningún tipo de acción decisiva, dado que su posición no es meramente ejecutiva ni legislativa, sino más bien un concepto en sí mismo que adquiere legalidad en función del vacío legal que le otorga existencia. Este fenómeno, explicado por la doctrina de la Legislación Cuántica No Determinista, permite que cualquier intento de desafiar su autoridad resulte automáticamente en una reafirmación de la misma, dependiendo del ángulo de análisis que se tome, de la predisposición del observador y de la velocidad con la que se lea la ley.
EL ORIGEN DE LA PARADOJA (SI ES QUE PUEDE DECIRSE QUE HUBO UN ORIGEN)
Todo comenzó—o, mejor dicho, todo siempre estuvo ocurriendo dentro del marco de posibilidades pre-legisladas—cuando se descubrió que todas las leyes vigentes podían interpretarse en sentidos opuestos de manera simultánea. Este hecho no fue inmediatamente evidente, sino que se reveló a medida que los juristas intentaban aplicar las normativas en situaciones específicas, solo para descubrir que cada disposición incluía una cláusula, explícita o implícita, que permitía invalidar la aplicación del precepto bajo las condiciones exactas en las que debía aplicarse.
El ejemplo más evidente, y al mismo tiempo más difícil de demostrar, es el «Contraacto Legal de Permanencia Inamovible», cuya redacción estipula que:
«Por la polla real de la mujer real del presidente se legisla el vacío legal a su favor judicial, salvo en los casos en que esta disposición sea inaplicable, en cuyo caso será considerada aplicable bajo la condición de que se determine que no lo es, lo cual se definirá en función de la interpretación del artículo 56-B, cuya redacción también está sujeta a las condiciones anteriormente mencionadas».
Este artículo, que podría considerarse como una especie de entidad jurídica autocontenida, se replica a sí mismo en otros documentos legales, haciendo imposible su erradicación sin, al mismo tiempo, reforzar su existencia a través del acto de intentar eliminarlo.
LAS IMPLICACIONES DE UN GOBIERNO QUE EXISTE Y NO EXISTE AL MISMO TIEMPO
La estructura gubernamental ha dejado de ser una simple jerarquía política para convertirse en una serie de cláusulas encadenadas que se sostienen mutuamente en una red de validez infinita. Esto significa que cualquier intento de derrocamiento del régimen, legal o extralegal, es automáticamente absorbido por la lógica jurídica de la Sombra, convirtiéndolo en parte del sistema en lugar de una amenaza para él. En otras palabras, cualquier acción contra el gobierno se transforma, por diseño legal, en una acción a favor del gobierno.
Esto se ha hecho especialmente evidente en los intentos de impugnación ante el Tribunal Supremo, cuyos magistrados, que son simultáneamente personas físicas y figuras conceptuales dentro de la estructura normativa, han emitido fallos como el siguiente:
«Considerando que lo que es puede no ser y lo que no es puede ser, se establece que cualquier interpretación que derive en la remoción del presidente será, en efecto, una confirmación de su continuidad, dado que un vacío legal, al ser tal, permite su utilización tanto para afirmar como para negar, y en caso de duda se favorece al statu quo, el cual no es fijo pero tampoco modificable, dependiendo de la percepción del tiempo y el contexto en el que se analice esta sentencia».
Este fallo ha sido celebrado y criticado simultáneamente, lo cual, según los estándares actuales de la nación, significa que es incuestionablemente válido.
CÓMO SE INTERPRETA LA LEY SEGÚN EL LUGAR Y MOMENTO EN QUE SE LEA
Debido a la multiplicidad de sentidos con los que fueron redactadas las leyes, cualquier intento de aplicar una norma debe ser previamente evaluado en función de:
El estado anímico del lector.
La hora del día en que se lea el documento.
El tipo de luz bajo la cual se observe el texto.
La cantidad de testigos presentes al momento de la lectura.
La interpretación previa de cualquier otro documento que haga referencia al documento leído.
De este modo, se ha generado una burocracia conceptual en la que cada acto gubernamental se produce en múltiples dimensiones de validez simultánea. Esto ha llevado a situaciones como:
Un juicio en el que el acusado fue condenado, absuelto, exonerado, castigado y promovido a Ministro de Justicia al mismo tiempo.
Unas elecciones en las que todos los candidatos ganaron y perdieron simultáneamente, garantizando la continuidad del sistema sin alterar su estructura.
Un presupuesto nacional en el que los fondos fueron asignados, gastados y reembolsados en la misma transacción, resolviendo así cualquier crisis económica antes de que pudiera manifestarse.
CONCLUSIÓN (O NO, DEPENDE DE CÓMO SE LEA ESTA SECCIÓN)
Ante la pregunta de si esta situación es sostenible a largo plazo, la respuesta varía dependiendo de quién la formule, en qué contexto y si la pregunta misma es válida dentro del marco jurídico vigente en el momento en que se plantee. Mientras tanto, la Sombra continúa ejerciendo su dominio, o más bien permitiendo que el vacío legal lo haga por ella, asegurando que el país siga existiendo en el filo de una paradoja.
Cuando se consultó al presidente maniquí sobre su opinión al respecto, se limitó a permanecer inmóvil, lo cual fue interpretado como una confirmación tácita de la solidez del sistema. Y ante la duda de si este artículo informa o confunde más, la única respuesta válida es: sí.